martes, 20 de septiembre de 2016

Licencia

Me tomo la licencia de tu boca;
la declaro manantial de mi deseo;
reconforta cada poro que me toca;
alimenta mi ansiedad y mi desvelo,
y me provoca
recorrerla en amorosos besuqueos.

Me tomo la licencia de tu pecho
que cálido me abriga cada noche,
alivia mi bienestar maltrecho
forjando amaneceres con mis noches,
y en mi derecho
lo abrazo con romántico derroche.

Me tomo la licencia, en mi locura
del amor que transformas en palabras,
de tu verbo hecho pasión y hecho dulzura;
promesas de perpetuidad sellada,
y si me apuras
me tomo la licencia de tu alma.



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